Las esclusas de Fonséranes
Un lugar declarado Patrimonio de la Humanidad
Desde 1996, el Canal du Midi y sus esclusas son así reconocidos por la Unesco. Con 320 000 visitantes al año, es la tercera atracción turística más visitada de Languedoc-Roussillon, después del puente del Gard y la ciudad de Carcasona.
Una proeza técnica
La dificultad a la que se enfrentó Pierre-Paul Riquet en las cercanías de Béziers consistía en franquear un desnivel de 21,50 m en una distancia de 312 m.
Este lugar de visita obligada del Canal du Midi constaba al principio de ocho estanques y nueve puertas, lo que permitía a los barqueros llegar a la altura del río Orb. Había entonces que atravesar un tramo de este, río abajo, para alcanzar la orilla opuesta del Canal. Todavía existen construcciones tradicionales como la gabarra, las caballerizas o la casa del esclusero.
Desde la construcción del puente-canal, el último estanque río abajo quedó en desuso y el penúltimo se transformó para permitir que los barcos cruzaran el río Orb gracias al famoso puente. A partir de entonces, cuenta con seis estanques y siete puertas. De ahí la eterna cuestión de saber si hay siete o nueve esclusas en Fonséranes.
En 1983, cuando se puso en funcionamiento la pendiente de agua, se pensó que esto posibilitaría una travesía más rápida. La invención de Boucher y Aubert permitía asimismo atravesar las esclusas a las gabarras de más de 38 m. Sin embargo, la navegación comercial había perdido importancia y finalmente dejó paso a los desplazamientos turísticos, para los que no es tan importante ganar tiempo y que, por lo tanto, no necesitan el funcionamiento de la pendiente de agua.
Aunque por la noche cesa la actividad en el canal, las puertas de las esclusas permanecen abiertas, a excepción de las más altas, permitiendo así admirar esta escalera de agua.
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