Esta ciudad costera del Mediterráneo, de excepcional arquitectura, vio la luz en los años sesenta. Diseñada por el arquitecto Jean Balladur, es una ciudad creada para satisfacer las necesidades del turismo y de sus habitantes.
La Grande Motte
La Grande Motte, original localidad balnearia conocida por sus edificios de forma piramidal, es un destino ideal para los amantes de la naturaleza.
Una arquitectura contemporánea
Desde el momento de su creación, La Grande Motte se impuso como una ciudad armoniosa. Compuesta esencialmente de «pirámides», edificios orientados hacia el sur y de villas dispersas entre la vegetación, se trata de una ciudad fuera de lo común, sin duda. Si se contempla desde el mar, su atrevida arquitectura produce un efecto de sierra en la línea del horizonte.
Abundante vegetación
Con un 70 % de su superficie dedicada a espacios verdes, con pasarelas que separan el tráfico vehicular de los 25 km de pasajes peatonales y 7 km de vías verdes, la ciudad goza de una calidad de vida excepcional. La vegetación mediterrenánea tiene un protagonismo especial en los arriates que bordean las aceras, donde abundan los pinos, las adelfas y los tamariscos. Ciudad florida y acogedora, La Grande Motte desempeña a la perfección su labor de escala en plena naturaleza.
Una ciudad premiada
Esta ciudad, visionaria desde el punto de vista arquitectónico, urbanístico y paisajístico, forma ahora parte del patrimonio nacional. Se trata de la primera ciudad de la región que recibe el distintivo «Patrimonio del siglo XX», otorgado por el Ministerio de Cultura francés a obras notables.
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